T.E. Lawrence wrote:Pertenecer al desierto era, como ellos bien sabían, la maldición de entablar una batalla sin fin con un enimigo que no era de este mundo, que no era la vida, ni nada, sino la esperanza como tal...debíamos rehuir la subsistencia...y apegarnos al ocio. Con ello promoveríamos el no hacer antes que el hacer. Podía haber tal vez algunos hombres no creativos, cuyo ocio fuera estéril; pero su actividad sería sólo material. Para traer a la luz cosas inmateriales, cosas creativas, que compartieran la naturaleza del espíritu y no la de la carne, debíamos gastar celosamente nuestro tiempo o nuestras dificultades en exigencias físicas, puesto que en la mayor parte de los hombres el alma envejece mucho antes que el cuerpo. La humanidad ninguna ganancia había conseguido con el trabajo anodino...
Fue un discurso altisonante y semiincoherente, lanzado a la desesperada, sobre la marcha, en medio de la más extrema necesidad, sobre el yunque de aquellos espíritus cándidos sentados en torno al fuego; y difícilmente su sentido consiguió permanecer en mí posteriormente, ya que, de inmediato, mi memoria plástica olvidó su emisión, y sólo retuvo la lenta humillación de los serahin, la noche callada en la que su apego a este mundo se disipó, y destelló al fin su ansia por cabalgar con nosotros a dondequiera que fuéramos.
Pensaré en el ocio de forma diferente a partir de ahora. Su significado corriente no lo hace justicia.